martes, 5 de enero de 2010

DISFUNCIONES SEXUALES.



Se llama disfunción sexual a la dificultad durante cualquier etapa del acto sexual (que incluye deseo, excitación, orgasmo y resolución) que evita al individuo o pareja el disfrute de la actividad sexual.
Las disfunciones sexuales pueden manifestarse al comienzo la vida sexual de la persona o pueden desarrollarse más adelante. Algunas de ellas pueden desarrollarse paulatinamente con el tiempo. Las causas de las disfunciones sexuales pueden ser físicas, psicológicas o ambas.
Los factores emocionales que afectan a la vida sexual incluyen tanto problemas interpersonales (como problemas de pareja o falta de confianza y comunicación) como psicológicos del individuo (
depresión, miedos y culpa, traumas, etcétera).
Los factores físicos incluyen
drogas (alcohol, nicotina, narcóticos, estimulantes, antihipertensivos, antihistamínicos y algunos medicamentos psicoterapéuticos), lesiones de espalda, hiperplasia prostática benigna, problemas de riego sanguíneo, daños nerviosos (como heridas en la médula espinal), diversas enfermedades (neuropatía diabética, esclerosis múltiple, tumores y, raramente, sífilis terciaria), fallos en varios sistemas orgánicos (como el corazón y los pulmones), desórdenes endocrinos (problemas en tiroides, pituitaria o glándula suprarrenal), deficiencias hormonales (déficit de testosterona, estrógeno o andrógenos) y algunas enfermedades congénitas.
Clasificación
Las disfunciones sexuales suelen clasificarse en cuatro categorías:
Desórdenes del deseo sexual o
anafrodisia. Puede deberse a una bajada del nivel normal de producción del estrógeno (en las mujeres) o la testosterona. Otras causas pueden ser la edad, la fatiga, el embarazo, la medicación (como los SSRIs) o enfermedades psiquiátricas, como depresión o ansiedad.
Desórdenes de la excitación sexual, previamente llamados «impotencia» en los hombres y «frigidez» en las mujeres, aunque ahora se usan términos menos críticos: para los hombres, se emplea el de «
disfunción eréctil» y para las mujeres se utilizan varios diferentes alusivos a los diversos problemas. Estos desórdenes se manifiestan como aversión o elusión del contacto sexual con la pareja
Desórdenes orgásmicos, como el retraso persistente o la ausencia de
orgasmo tras una fase normal de excitación sexual. Estos desórdenes ocurren tanto en hombre como en mujeres. De nuevo, los antidepresivos SSRI son con frecuencia culpables.
Desórdenes de dolor sexual, que afectan casi exclusivamente a las mujeres y se conocen como
dispareunia (intercambio sexual doloroso) y vaginismo (espamos involuntarios de los músculos de la pared vaginal que dificultan o impiden el coito). La dispareunia puede ser provocada en las mujeres por una lubricación insuficiente (sequedad vaginal).




















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